¡Estamos hartos del confinamiento!
Ana en su cole a los 12 años |
Me parece estar oyendo a gritos esta
queja de todos los chicos del Instituto que, si al principio le vieron alguna
gracia a eso de no ir a clase, cada vez están más hartos de no poder salir de
casa, algo que afecta a cada persona de forma diferente según su edad, supongo.
A los chicos y chicas seguramente os
está resultando especialmente dura la separación física de vuestros compañeros/as
y amigos/as. Y pensando en eso, me viene a la cabeza el confinamiento de otra chica de vuestra edad que, a los 13 años, se
vio obligada a esconderse en una especie de cuarto trasero diminuto junto con sus
padres, su hermana y cuatro personas más, y allí se mantuvo, no unas semanas o meses,
sino durante dos años largos intentado no ser atrapada, tampoco por un virus, sino por
los nazis alemanes que ocupaban la ciudad de Ámsterdam donde ella vivía.
- Y ¿por qué perseguían los nazis a una niña de 13 años? Pues, la respuesta a esta
pregunta que parece absurda es también absurda:
- Porque la niña era judía.
Esta chica se llamaba Ana Frank
y durante ese confinamiento a vida o muerte escribió, en un
cuadernito que le había regalado su padre pocos días antes de esconderse, una
especie de diario donde iba contando sus relaciones con los demás, sus emociones,
los cambios de humor propios de la adolescencia y los sentimientos de esos
durísimos dos años. Ese diario, conocido como el Diario de Ana Frank se
ha convertido en un libro mundialmente admirado, que generaciones de jóvenes han
leído a lo largo de los últimos 75 años, alabado tanto por los valores que
transmite, como por su calidad literaria, y que aún hoy se puede encontrar
en las librerías de cualquier país porque jóvenes de cualquier edad y nacionalidad
siguen leyéndolo.
Desde Google Strett View se puede entrar en la casa de Ana |
No estudiamos la II Guerra Mundial
hasta 4º de ESO, pero estoy seguro de que la lectura de esta obra os servirá
perfectamente para acercaros a lo que fue la ocupación nazi de casi toda
Europa durante ese brutal episodio de la Historia de nuestro continente. Vista
con los ojos de una chica como vosotros, que "estuvo allí", y que ni
siquiera podía salir al balcón a las ocho.
¿Y qué pasó con Ana?
La casa de Ana Frank en Ámsterdam |
No hubo final feliz. El escondrijo
fue descubierto por la Gestapo y ella y su familia fueron enviados al campo de
concentración de Auschwitz donde, hacinada entre miles de personas más, murió
víctima del tifus solo dos meses antes de que tropas aliadas liberaran el
campo. No llegó a cumplir 16 años.
Su diario sobrevivió milagrosamente y fue publicado en
1947. La casa del escondrijo de Ana en Ámsterdam puede visitarse hoy en día.
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